La inteligencia artificial es un tema en tendencia y que se encuentra en boca de todos. Esto no es de sorprenderse, pues cada día surgen más y mejores plataformas y herramientas basadas en esta tecnología capaz de realizar innumerables tareas que nos ayudan a facilitar el trabajo en distintas áreas.

Sin embargo, un nuevo desafío ha surgido con todo este cúmulo de nuevas posibilidades tecnológicas: la desinformación.

Si bien la desinformación es algo con lo que hemos convivido desde hace algún tiempo como parte de nuestra nueva vida digital, es verdad que la inteligencia artificial ha encontrado la manera de darle le vuelta. No es raro encontrar imágenes, textos, noticias, videos e incluso personajes de la vida real protagonizando momentos que en realidad nunca sucedieron, y debido a su impecable ejecución, se vuelve cada vez más complicado distinguir lo que es verdad de lo que no.

Pero no debemos dejarnos deslumbrar…

Usando la inteligencia artificial para bien

Como docentes y líderes educativos, la inteligencia artificial en general y su relación con la desinformación es un tema que debemos de tener en cuenta, no para generar alarma, sino para generar estrategias que nos ayuden a guiar a los estudiantes en un uso correcto de ésta y otras tecnologías, que ya son parte de su vida diaria.

Y es que, aunque la inteligencia artificial puede ser un detonador de desinformación, también puede ser utilizada para combatirla. Por ejemplo, los algoritmos de inteligencia artificial pueden ser utilizados para detectar noticias falsas y para identificar imágenes y videos manipulados. Además, las técnicas de procesamiento del lenguaje natural también se están utilizando para analizar y verificar la precisión de la información.

Se trata simplemente de seguir las reglas que ya conocemos para evitar ser parte del problema y aportar soluciones que nos ayuden a construir ciudadanos digitales responsables y con criterio que aprendan a utilizar la tecnología para bien.

¿Cómo podemos ser parte de la solución?

La propagación de la desinformación generada por la inteligencia artificial toma mayor relevancia en el entorno educativo, ya que los estudiantes pueden tomar información errónea como verdadera y afectar su aprendizaje y comprensión del mundo.

Aquí hay algunas medidas que pueden ayudar a prevenir la desinformación generada por la IA en el aula:

1. Enseñar sobre la IA. Los estudiantes deben ser informados sobre cómo funciona la IA y cómo se utiliza para generar información de manera adecuada o sacarle provecho en clase. Los profesores debemos dedicar tiempo a explicar el funcionamiento de la IA y sus posibles implicaciones
2. Fomentar la educación en alfabetización mediática y digital para mejorar la capacidad de las personas para detectar la desinformación.
3. Fomentar el pensamiento crítico. Es importante que los estudiantes desarrollen habilidades para evaluar la información y detectar la desinformación. Esta ahbilidad puede desarrollarse a través de la discusión de temas controversiales y la presentación de diferentes perspectivas.
4. Regular el uso de la inteligencia artificial y establecer estándares éticos claros para su uso. No se trata de prohibirla, sino de establecer reglas para que su uso sea efectivo.
5. Fomentar la transparencia en el uso de la inteligencia artificial, incluyendo la recopilación y el uso de datos.
6. Verificación de fuentes. Es importante que los estudiantes aprendan a verificar la fuente de la información que reciben y saber que no todo lo que dice ChatGPT siempre es verdad. Para esto podemos ayudarnos con ejercicios en los que los estudiantes tengan que comparar información real de fuentes verídicas con información proporcionada por chatbots.
7. Fomentar la transparencia. No está mal usar inteligencia artificial ni ChatGPT como soporte, los estudiantes deben saber que pueden usarla, pero también deben aprender a ser honestos con las herramientas que usan y cómo las usan.

En general, para prevenir la desinformación generada por la inteligencia artificial, se necesita una combinación de medidas educativas, éticas, regulatorias y tecnológicas. Es importante abordar este problema de manera integral para garantizar que la inteligencia artificial sea utilizada de manera responsable y ética.