Aunque suena como algo muy disruptivo, en realidad el X-Learning es algo que ya hemos estado poniendo en práctica los últimos meses a raíz de la pandemia y se trata de entregar experiencias a los estudiantes a través de la tecnología.

 

El X- Learning está considerado como la evolución del E- Learning, y su principal característica es que está basado en las experiencias, es decir, en el aprender haciendo.

 

Al igual que el E-Learning se apoya en el uso de dispositivos tecnológicos, como smartphones, computadoras o consolas de videojuegos, donde los alumnos pueden ser impactados a mayor nivel.

 

Integrando nuevas metodologías

 

Aquí entran en juego desde dinámicas como retos y acertijos, hasta el uso de técnicas de storytelling, programación, aprendizaje basado en proyectos, etc. De esta manera, se traslada el foco del profesor y el contenido al alumno, que se convierte en el centro del aprendizaje.

 

Ahora, si bien hemos estado ya experimentando con el aprendizaje online, es necesario estar conscientes de que el X-Learning va mucho más allá de dar clases por medio de videoconferencias.

 

Sin bien hemos podido romper la barrera del aprendizaje tradicional en varios aspectos, queda mucho todavía por aprender en el terreno del aprendizaje basado en experiencias.

 

Apostando por el futuro

 

La razón por la que esta metodología se está adoptando tan rápidamente, es porque el mundo tal cual y como lo conocíamos está cambiando.

 

Nuevas habilidades y conocimientos son requeridos para que las personas se desarrollen en el ámbito laboral, incluso nuevas carreras han surgido y para que los estudiantes puedan estar preparados para lo que el futuro depara es necesario capacitarlos desde el aprendizaje temprano.

 

Con el X-Learning, los alumnos son capaces de interiorizar las lecciones basados en su propia experiencia. Esta práctica ayuda a generar compromiso por parte de los estudiantes, quienes no ven la formación como algo tedioso si no, como un elemento lúdico que les facilita el aprendizaje de forma natural y orgánica, sin ser directamente conscientes de que están aprendiendo.

 

Además, gracias a la tecnología, pueden acceder a las lecciones y el material de estudio en cualquier momento y lugar.

 

¡También sin tecnología!

 

Una de las mayores desventajas de este tipo de aprendizaje es la falta de digitalización de los centros educativos, los cuales no siempre están equipados con las herramientas adecuadas, o que aunque estén empezando a actualizarse, no pueden ir a la misma velocidad que la transformación educativa.

 

Sin embargo, como la base del X-Learning es la experiencia, puede aplicarse aun sin el uso de tecnología avanzada.

 

Existen una gran variedad de actividades que pueden realizarse sin conexión, que ayudan a generar el mismo nivel de compromiso y con los mismos buenos resultados.

 

Los Escape Rooms son un gran ejemplo de aprendizaje basado en experiencias, en los cuales los participantes tienen que trabajar en equipo y realizar una serie de pruebas para resolver la ecuación final.

 

Otro buen ejemplo de este tipo de prácticas, son las clases de idiomas, en donde los estudiantes aprenden a hablar, por ejemplo, inglés, en una clase de cocina.

 

Se trata de algo parecido a aquellas clases en las que de pequeños nos llevaban a las fábricas para entender el proceso de fabricación de algún producto y en el que intervienen varias disciplinas. Solo que, en este caso, los estudiantes son quienes realizan por sí solos las actividades.

 

Como ves, no tienes que ser un genio de la computación ni contar con tecnología de punta para empezar a involucrar a tus estudiantes con su propio aprendizaje. Se trata de pensar un poco más allá delas cuatro paredes del salón de clases y en cómo puedes hacer tus clases un poco más dinámica.

 

Te recordamos que en Digital Family contamos con capacitación especial de la mano de expertos para ayudarte en esta transición, así como para elegir los recursos adecuados que te ayudarán a dar el salto hacia el aprendizaje del futuro.