Reimaginando el futuro de la educación
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”Ante un futuro incierto, debemos formar personas con un carácter transformador y curioso”
David Bueno, director de la cátedra de Neuro Educación de La Universida de Barcelona
Estamos en el mejor momento para redirigir y reestructurar la enseñanza, sobre todo para garantizar que todas las personas tengan acceso a la educación.
De acuerdo con recientes informes de la UNESCO, 11 millones de niñas en todo el mundo corren el riesgo de no volver al colegio tras la pandemia y 268 millones de niños y adolescentes en todo el mundo están fuera de la escuela. Esto es porque aunque hemos implementado nuevas formar de estudio y nuevas herramientas, aún no hemos logrado crear un sistema sólido, preparado para enfrentar todos estos cambios.
Pero lejos de señalar lo que se ha hecho mal, es momento de pensar hacia el futuro. Necesitamos nuevas pedagogías, nuevos enfoques del currículo, un nuevo compromiso con los docentes, una nueva visión de la escuela y una nueva apreciación de los tiempos y espacios de la educación.
Pero esto no significa que nos deshagamos de lo que ya tenemos. En cambio, debemos examinar las mejores tradiciones pedagógicas y educativas, renovar este patrimonio y agregar nuevos elementos prometedores que nos ayuden a dar forma a ese futuro incierto.
Al respecto, la UNESCO considera urgente renovar los planes de estudio y los métodos de enseñanza teniendo en cuenta tres grandes cambios recientes en la sociedad:
- Los relacionados con la globalización
- El desafío climático
- La revolución digital
Y para ello propuso la creación e implementación de un nuevo contrato social para la educación “Repensar juntos nuestro futuro: un nuevo contrato social para la educación”, que sea capaz de ajustarse a nuestros tiempos.
Este nuevo contrato debe reforzar la educación como un bien público, como un compromiso social compartido, como uno de los derechos más importantes, y como una de las responsabilidades más importantes de los estados y los ciudadanos.
Juntos, maestros y los estudiantes necesitan formar una comunidad de buscadores de conocimiento y constructor
Propuestas para renovar la educación
Reimaginar los enfoques pedagógicos
La pedagogía debería organizarse en torno a los principios de cooperación, colaboración y solidaridad. Debería fomentar las capacidades intelectuales, sociales y morales de los alumnos, para que puedan trabajar juntos y transformar el mundo con empatía y compasión.
Aprendizaje ecológico
Los planes de estudios deberían hacer hincapié en un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que ayude a los alumnos a acceder a conocimientos, y producirlos, y que desarrolle al mismo tiempo su capacidad para criticarlos y aplicarlos.
Respaldar la autonomía y la libertad de los docentes
La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes de productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social.
Valorar y fomentar la diversidad y el pluralismo
Las escuelas deberían ser lugares educativos protegidos, ya que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y también deberían reimaginarse con miras a facilitar aún más la transformación del mundo hacia futuros más justos, equitativos y sostenibles. Las escuelas deben ser sitios que reúnan a grupos diversos de personas, ofreciéndoles desafíos y oportunidades que no existen en ninguna otra parte.
Ampliar el derecho a la educación
Acrecentar las oportunidades educativas que surgen a lo largo de la vida y en diferentes entornos culturales y sociales. En todo momento de la vida, las personas deberían tener oportunidades educativas significativas y de calidad. Conectar los lugares naturales, físicos y virtuales de aprendizaje, aprovechando al máximo las mejores características de cada uno. Es necesario ampliar el derecho a la educación, a fin de que sea permanente y abarque el derecho a la información, la cultura, la ciencia y la conectividad.
¡Listos para el cambio!
Aunque de manera lenta, paso a paso vanzamos hacia un nuevo futuro en la educación y este contrato creado en noviembre de 2021 es una muestra de que es inminente y esencial trabajar juntos con el objetivo de forjar futuros pacíficos, justos y sostenibles para todas las personas.
Un nuevo contrato social para la educación debe permitirnos pensar diferente sobre el aprendizaje y las relaciones entre los alumnos, los docentes, el conocimiento y el mundo.
En el informe se abordan de forma detallada las tecnologías digitales, el cambio climático, el retroceso democrático y la polarización social, y el incierto futuro de la esfera laboral. Mediante este documento, no solo se pretende contribuir a que todas las personas participen en la conversación sobre la educación y promover la reflexión, sino también instar a todos los individuos a actuar.
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Fuentes: Comisión Internacional sobre Los futuros de la educación, UNESCO
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